domingo, 19 de septiembre de 2010

BASES DE LA PSICOMOTRICIDAD


El desarrollo de la inteligencia humana en sus diferentes aspectos es el fin que pretende la psicomotricidad. Según afirma la psicología moderna, en la inteligencia se descubre una serie diversificada de funciones, entre ellas se encuentra; la inteligencia representativa, la inteligencia motriz y la efectiva. A estos caracteres de la inteligencia corresponden elementos como la sensación, la percepción y la representación,  que son básicos en la educación psicomotriz. 
En relación con el desarrollo del niño, los objetivos que se fija la psicomotricidad se concretan en el nivel de las llamadas conductas motrices de base, coordinación, equilibrio, etc. De modo que con ellas se abarca en conjunto la relación del sujeto consigo mismo, la relación con el entorno  cercano y la relación con el mundo de los demás.
Estos tres planos de relación nos remiten a los elementos básicos  que hay que desarrollar: el esquema corporal, la estructuración del espacio y el tiempo, y el aspecto social de la persona, respectivamente.  

EL ESQUEMA CORPORAL
Recibe el nombre de esquema corporal  a la imagen mental o representación que cada uno  tiene de su cuerpo, sea en posición estática o en movimiento, gracias a la cual puede situarse en el mundo que le rodea. No es algo innato sino que se elabora poco a poco desde el nacimiento integrando en el campo de la consciencia el propio cuerpo a medida que se manifiestan las capacidades psicomotoras. Esta imagen del propio cuerpo se elabora a partir de múltiples informaciones sensoriales de orden interno y externo a lo largo de tres etapas de evolución psicomotriz del niño desde el nacimiento hasta los doce años. A esta edad, la consciencia del propio cuerpo  culmina en una verdadera representación mental que parece imborrable.


ETAPAS DE ESTRUCTURACIÓN
 El esquema corporal  sigue tres etapas de estructuración. La primera, hasta los tres años, es la del descubrimiento del propio cuerpo y con él la adquisición de lo que podríamos llamar el primer esqueleto del ¨ yo¨ el niño va delimitando su cuerpo con relación a las personas y objetos;  las experiencias que adquiere en contacto con el entorno, y especialmente la relación efectiva, corporal, o  con su madre, juegan un papel importante en este primer esbozo de la imagen del cuerpo.
Entre los 3 y los 7 años tiene lugar a la etapa siguiente en la formación del esquema corporal. A lo largo de estos 5 años, el niño recorre un importante proceso de afinamiento de la percepción. De ahí la conveniencia  de la educación  sensorial que amplié y desarrolle su campo perceptivo.

Es  necesario ayudar al niño a superar poco a poco el subjetivismo característico de la etapa anterior. Se trata de avanzar en la discriminación perceptiva: en primer lugar, del propio cuerpo tanto en sus partes como en su globalidad. El conjunto de las percepciones, a su vez, debe integrarlo de modo coherente y global en relación con el mundo exterior, si no en relación dinámica, que aún no está a su alcance, si al menos en cuanto al aspecto topológico y estético. Al final de esta etapa, como resultado de la interiorización  de las experiencias sensoriales acumuladas, el niño con un desarrollo psicomotor normal abandona definitivamente la visión sincrética de la etapa anterior, que no diferenciaba el cuerpo del mundo exterior. Queda sustituida por una representación analítico-sintética del cuerpo que es ya un esbozo del esquema corporal.

La última etapa es entre los 8 y los 11 o 12 años aproximadamente, el niño estructura su esquema corporal alcanzando la representación mental de su cuerpo en movimiento. El paso decisivo que supone esta tercera etapa consiste en la toma de consciencia del cuerpo humano en su aspecto dinámico. El niño adquiere una imagen global de la postura y percibe mejor los detalles de situación segmentaria, de las partes del cuerpo.

Las experiencias y avances realizados en la etapa precedente proporcionan la capacidad de distinguir el cuerpo con relación al entorno; mas a un, se alcanza ahora la posibilidad de considerar voluntariamente el propio cuerpo como un objeto, de manera que el niño puede realizar operaciones tanto con los objetos exteriores como con el cuerpo. 

LATERALIDAD
Es el predominio funcional de un lado del cuerpo, determinado por la supremacía de un hemisferio cerebral. Mediante esta área, el niño estará desarrollando las nociones de derecha e izquierda tomando como referencia su propio cuerpo y fortalecerá la ubicación como base para el proceso de lectoescritura. Es importante que el niño defina su lateralidad de manera espontánea y nunca forzada.


EQUILIBRIO
Es considerado como la capacidad de mantener la estabilidad mientras se realizan diversas actividades motrices. Esta área se desarrolla a través de una ordenada relación entre el esquema corporal y el mundo exterior.


ESTRUCTURACIÓN ESPACIAL
 Esta área comprende la capacidad que tiene el niño para mantener la constante localización del propio cuerpo, tanto en función de la posición de los objetos en el espacio como para colocar esos objetos en función de su propia posición, comprende también la habilidad para organizar y disponer los elementos en el espacio, en el tiempo o en ambos a la vez. Las dificultades en esta área se pueden expresar a través de la escritura o la confusión entre letras.

TIEMPO Y RITMO
Las nociones de tiempo y de ritmo se elaboran a través de movimientos que implican cierto orden temporal, se pueden desarrollar nociones temporales como: rápido, lento; orientación temporal como: antes-después y la estructuración temporal que se relaciona mucho con el espacio, es decir la conciencia de los movimientos, ejemplo: cruzar un espacio al ritmo de una pandereta, según lo indique el sonido.

Motricidad: Está referida al control que el niño es capaz de ejercer sobre su propio cuerpo. La motricidad se divide en gruesa y fina, así tenemos:

a. Motricidad gruesa: Está referida a la coordinación de movimientos amplios, como: rodar, saltar, caminar, correr, bailar, etc.

b. Motricidad fina: Implica movimientos de mayor precisión que son requeridos especialmente en tareas donde se utilizan de manera simultánea el ojo, mano, dedos como por ejemplo: rasgar, cortar, pintar, colorear, enhebrar, escribir.

COORDINACIÓN
Desde el punto de vista de la psicomotricidad, la coordinación consiste en el buen funcionamiento y la interacción existente entre el sistema nervioso central y la musculatura. Uno de los órganos de coordinación del movimiento es el cerebelo. Cuando existen perturbaciones suelen traducirse en la persistencia prolongada de un movimiento o bien en la interrupción de éste antes de completarlo, lo que indica además un tono mal adaptado.
Un tipo de coordinación parcial dentro de la coordinación general, con gran incidencia en el aprendizaje de la lectura y de la escritura es la llamada coordinación viso-motora, también denominada óculo-segmentaria. Por el hecho de realizar la unión del campo visual con la motricidad fina de la mano o de otra parte del cuerpo.


RELAJACIÓN
 Tono y relajación van unidos. Consiste esta última en una expansión voluntaria del tono muscular acompañado de una sensación de reposo. En la educación psicomotriz, el trabajo específico de este campo busca los siguientes objetivos: el equilibrio tónico y emocional, la adaptación y regulación del tono a la acción, la disminución de tensiones y la reducción de la hipertonía (Aumento del tono muscular).
Todos estos elementos tienen una aplicación común: adaptan la persona a la actividad, de modo que se vea libre, aún en el trabajo intenso, de crispaciones (irritación), torpezas, tensiones o cansancios exhaustivos.


 RESPIRACIÓN
Esta función vital guarda una gran relación con el psiquismo, la afectividad y otros elementos vitales del cuerpo. Cuando a nivel pulmonar y a nivel cutáneo se realiza en la forma adecuada al intercambio gaseoso, el organismo recibe un aporte fundamental para el funcionamiento de órganos vitales como el sistema nervioso o el digestivo. También contribuye a hacer más completa la relajación.
Los movimientos de la respiración pulmonar, llamados de inspiración y expiración respectivamente, son contracciones del diafragma y los músculos costales. En la medida que el niño toma conciencia de ambos movimientos aprende a controlar los y a corregir las insuficiencias de la respiración que observamos en la mayoría de las personas.
Las deficiencias provienen, en primer lugar, del descuido del movimiento expiatorio, cuya función de vaciado de los pulmones tendemos a considerar como algo secundario. Se ha comprobado, sin embargo, que este movimiento hace que se renueve más a fondo el contenido en oxigeno de los pulmones, al expulsar el aire de reserva existente en ellos para dar cabida a más oxígeno en la inspiración. Si se deja incompleto el movimiento, como ocurre con frecuencia tanto en niños como en adultos, sólo se llena de aire una quinta parte de los pulmones, que resulta una cantidad claramente insuficiente.



EQUILIBRIO
La función del equilibrio que consiste en mantener relativamente estable el centro de gravedad del cuerpo a pesar de las influencias del medio, no es innata en el organismo humano sino que requiere una maduración progresiva. Los órganos sensoriales como el oído, la vista, el sentido muscular y cinestésico, junto con todas las acciones motrices, mantienen el equilibrio de las tensiones musculares.
Tres aspectos principales del equilibrio pretende desarrollar la educación psicomotriz: el que se realiza en situación estática, el equilibrio dinámico y el que se adopta inmediatamente después del movimiento. En el equilibrio estático. la toma de conciencia se dirige a los movimientos corporales compensatorios para mantener una postura de equilibrio. El equilibrio dinámico exige además la toma de conciencia de la base en que se realiza la marcha, sea el suelo o un plano elevado. El equilibrio después del movimiento es el que permite mantener una actitud equilibrada en posición está- tica después de una actitud dinámica, como puede ser una carrera seguida de un cambio de dirección y una parada.


PERTURBACIONES EN LA ESTRUCTURACION DEL ESQUEMA CORPORAL
El cuerpo de los niños en sus primeros años de vida es el centro de todo. Aprenden a explorarse, manipular objetos, se relacionan con el mundo exterior etc. Estos niños cuentan con sus capacidades de aprendizaje normales, mas sin embargo en sus primeros años de escolaridad se enfrentan a problemas demasiado complejos. Como lo son la lectura y escritura, provocando en los niños errores de inversión, se confunden las letras simétricas como b-d, p-q, d-p, n-u, al invertirlas de derecha izquierda o de arriba a abajo . Es muy común que apliquen la situación de lectura espejo, por (rop), voy a ver (ver a voy), o en el interior de las palabras se hacen las inversiones por (pro).

En cuanto al sentido de la lectura y escritura se requiere de una habituación para seguir la correspondencia de las líneas de izquierda derecha. Al igual con una visualización a una distancia adecuada al texto. Así como saber sincronizar los movimientos corporales, oculares, vocales, respiratorios, con un lenguaje interior. Es necesario detectar a tiempo las deficiencias que presenta el niño en la etapa de aprendizaje puesto que en un futuro pueden afectar la evolución normal del niño ya sea intelectual, afectivo y motriz. Razones por la cual es importante poner énfasis en un aprendizaje lento y deficiente de la escritura y aprendizaje del niño.

Cuando ocurre una deficiencia corporal en el niño, no controla algunas regiones corporales y presenta dificultades de coordinación, padece disociaciones y manifiesta una lentitud general tanto motriz como intelectual. En la escritura no pueden evitar tachones, correcciones, letras bailadas, no siguen una regularidad en las líneas. Todas estas perturbaciones afectan en el carácter del niño. Provocando inseguridades, actitudes violentas o agresivas que dan lugar a alteraciones nerviosas permanentes. Para hacer frente a estas dificultades y poder superarlas es necesario tener una educación de psicomotricidad, que se centra en el desarrollo infantil. Logrando una estructuración del esquema corporal y la organización del espacio-temporal. Basadas en la atención, percepción y respiración.
Elementos esenciales del esquema corporal.
En esta etapa es cuando el niño pone en juego la elaboración de la estructura corporal. Que son la tonicidad y relajación de la musculatura, respiración, coordinación del movimiento y lateralidad.

La tonicidad: es una función de los músculos haciendo que se mantengan en tensión todo el tiempo. La actividad tónica guarda estrecha relación con la tensión psíquica, el control de ambas radica en el sistema nervioso a diferentes niveles; así la medula espinal y otras zonas bajas responden a los estímulos sensoriales, mientras otras actividades como la corteza motora se relaciona con respuestas corporales controladas por procesos mentales.
Coordinación: consiste en el buen funcionamiento y la interacción existente entre el sistema nervioso central y la musculatura. Uno de los órganos de coordinación es el cerebro. Cuando existen perturbaciones pueden presentarse movimientos persistentes o prolongados, así como la interrupción de alguno de ellos. Existe un tipo de coordinación que es muy frecuente en las actividades de lectura y escritura llamado coordinación viso-motora. Que es el que une la visión con el campo de la motricidad fina.

 Subido por:
Armendariz Torres Lidia
De La O Macklish Jessica
Jímenez chávez Jessica 
Toba López Dora
Ortega Yee angel



Referencias
  • FERNANDEZ, Iriarte J. (1981) ¨Bases de la psicomotricidad¨ en Educación Psicomotriz y ciclo preoperatorio. Madrid, Marcea·
  • Palacios Jesús, et al. (2002)” Crecimiento Físico y Desarrollo Psicomotor”,
 “Desarrollo Físico y Psicomotor después de los dos años”  en: Desarrollo Psicológico y psicomotor. España: Alianza, Pág. 179, 199    
  •       http://www.cosasdelainfancia.com/biblioteca-psico-g.htm

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