1- Asegúrate que la temperatura ambiente del cuarto de baño es cálida y oscila entre los 23 y los 25 ºC. Después, comprueba que la bañera está limpia y llénala con agua tibia. El agua debe estar a la temperatura corporal, es decir, entre los 35 y los 37 grados centígrados. Puedes utilizar un termómetro de baño o, si lo prefieres, utilizar el codo o la parte interior de la muñeca para comprobar que la temperatura es la apropiada. 2- A continuación, desnuda al bebé, límpiale la zona que esté en contacto con el pañal y envuélvele en una toalla, mientras limpias su carita y sus orejas con un trocito de algodón ligeramente húmedo. 3- Después, sostén al bebé con el brazo derecho, de manera que la cara interna del codo sostenga su cabeza y tus manos lleguen a tocar su culito. Inclínalo sobre la bañera y, con la mano izquierda, lávale la cabeza con una cantidad mínima de champú. Aclara bien. 4- Una vez lavada la cabeza, sostén los hombros del bebé con una mano, introduciendo los dedos por debajo de la axila, mientras sujetas las piernas o el trasero con la otra mano, de modo que su cabeza quede fuera del agua, mientras utilizas la otra mano para lavarlo. 5- Es importante no dejar de sonreírle y hablarle mientras le bañas. 6- Con o sin esponja, lava, enjuaga, y seca de arriba abajo. Primero el pecho, los bracitos, las manos y luego, las piernas y los pies. 7- Gira cuidadosamente al bebé para lavar su espalda y sus nalgas. 8- Una vez que esté totalmente limpio y bien aclarado, levanta al bebé con suavidad y arrópalo con una toalla. 9- Sécalo bien, y envuélvele para darle calor. 10- Comienza a vestirle de arriba abajo para que no pierda calor.
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